El término «comunidad» no es nuevo en la historia de Slow Food ni en la historia de la civilización en general. En el léxico de Slow Food entró de forma oficial en el 2004, con la primera edición del Terra Madre y hoy se convierte en un modelo organizativo.
La comunidad nace tras una Declaración Fundacional. En el documento los miembros declaran:
- la adhesión ideológica a Slow Food y a los principios de la declaración de Chengdu;
- el compromiso, el objetivo que la comunidad define para promover la visión común en su propio territorio, en su propio contexto;
- las actividades, las iniciativas y los proyectos que llevará a cabo para conseguirlo;
- la contribución que la comunidad decide aportar para apoyar los proyectos estratégicos de la red internacional (Baluartes de Slow Food y Arca del Gusto, Huertos y Campañas);